
Trump activa la Guardia Nacional para reforzar redadas migratorias tras meses de planificación.
Washington, D.C. — El expresidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2.000 miembros de la Guardia Nacional en Los Ángeles, en respuesta a recientes protestas y como parte de un plan migratorio que llevaba meses gestándose dentro de la Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Aunque se presentó como una acción de emergencia, fuentes confirmaron a VoiceVoz que las discusiones sobre el uso de las fuerzas armadas en tareas migratorias comenzaron en febrero. El objetivo es aumentar las detenciones, ampliar el papel de ICE y utilizar bases militares como centros temporales de retención.
El asesor presidencial Stephen Miller ha estado monitoreando las operaciones desde la Sala de Situación, presionando para que se dupliquen los arrestos diarios, que ya pasaron de 1.000 a más de 2.000. Además, la administración ha solicitado hasta 20.000 efectivos de la Guardia Nacional al Pentágono para tareas de apoyo, seguridad y transporte en operaciones migratorias.
En paralelo, Trump busca replicar el modelo de Los Ángeles en otros estados, incluso sin el consentimiento de gobernadores locales. El gobernador de California, Gavin Newsom, denunció la medida como “una táctica autoritaria”.
Las operaciones también incluyen el uso de instalaciones militares como Travis Air Force Base (California), Camp Atterbury (Indiana) y Fort Walker (Virginia), donde se estudia habilitar nuevos centros de detención. Equipos del Pentágono ya realizaron inspecciones junto a personal de Aduanas y Protección Fronteriza.
Aunque la Guardia Nacional no puede realizar arrestos formales sin que se invoque la Ley de Insurrección, sí tiene autorización para detener temporalmente a sospechosos, proteger propiedades federales y brindar respaldo a agentes de ICE en medio de disturbios.
El despliegue en California se realizó sin el aval del gobernador Newsom ni de la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, lo que generó tensiones políticas. Aun así, Trump justificó la decisión como una medida para «restablecer el orden» y proteger a las fuerzas federales.
Desde Texas, el gobernador Greg Abbott expresó su disposición a colaborar con la Casa Blanca y movilizar tropas estatales si fuera necesario. En su declaración, aseguró que «la seguridad fronteriza es una prioridad nacional» y que su administración «está lista para actuar».
Con centros de detención cerca del límite y redadas intensificadas en varios estados, la política migratoria de Trump entra en una nueva fase. Mientras crece la preocupación por el uso interno de fuerzas militares, el Congreso debate un paquete millonario destinado a ampliar infraestructura migratoria y aumentar la presencia de ICE a nivel nacional.
VoiceVoz continuará haciendo seguimiento a esta operación federal y sus implicaciones legales, sociales y humanitarias.